Los Pitufos
¿Son gnomos? ¿Son elfos? ¿Son duendes? ¡Nooo! Son… ¡los pitufos! Esos pequeños seres del bosque cuyas características principales son: uno; el ser completamente azules y dos; el compartir entre cientos, quizás miles de ellos, una única hembra pitufa, denominada La Pitufina.
En honor a la verdad, los pitufos – Les Schtroumpfs en su original francés- saltaron a la realidad de la mente y la mano del dibujante belga Peyo que los plasmó en la historieta “La flauta de los seis pitufos” para el semanario Le Journal de Spirou en 1958.
Sin embargo, consideramos ochentosos a estos pequeños porque fue en esta década que – gracias a la serie de dibujos animados-, se volvieron pitufamente populares.
Al estilo Jerry huyendo de Tom, o el correcaminos huyendo del coyote, aquí son los pitufos quienes -con tramas un poco más complejas y personajes un poco más sofisticados- se la pasan huyendo de Gargamel, una especie de cura calvo y de sotana negra, y su gato Azrael. Interpretaciones varias aseguran que estos duendes eran más diablillos que otra cosa (para más información leer “La Columna de Lolo: Los pitufos cosa e´mandinga”).
Sea como sea, esta ha sido una de las series de dibujos animados que más episodios para TV ha producido. Del mismo modo, la década del ochenta ha producido también un sinnúmero de objetos pitufos: juegos de mesa, muñecos articulados de plástico, muñecotes de peluche, revistas para colorear, vasos y platos de plástico…
Todo se volvió pitufamente pitufo en aquella época. Y tan así fue, que estos singulares seres se aseguraron la eternidad a través de la meca del juguete pitufo; la única, la inigualable: ¡la fábrica para modelar tus propios pitufos!
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