Una Mindy terrestre y un Mork de Ork

“Nanu-nanu”- “Cualquier humano que se precie y vanaglorie de ochentoso ser, como pronunciar estas palabras bien sabrá”.

Velozmente, una palabra pegada a la otra y con graciosa voz nasal. Tal como lo hiciera durante años, un reluciente Robin Williams de ojitos pícaros y mucho pelo revuelto.

Porque era “Nanu nanu”, una de las expresiones más cotidianas de Mork, el ET proveniente del planeta Ork, encarnado por este Williams.

La historia es simple: Mork es un extraterrestre que llega en huevo espacial a nuestro planeta y se enamora – ¡y eso que los orkanos no tienen sentimientos! – de Mindy, una bella joven universitaria que le dá hospedaje y le permite ir conociendo las extrañas costumbres de este planeta llamado Tierra. Al final de cada episodio, Mork reporta todos sus descubrimientos y aprendizajes a su gran líder Orson.

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Ork es más avanzado tecnológicamente que la Tierra, sus habitantes más pacíficos que los terrícolas e incluso más evolucionados; por consenso decidieron abandonar sus emociones para poder controlar mejor sus mentes.

Sin embargo… ¡Oh l`amour, l’amour! es el amor el que hace mover al mundo. Al menos este mundo. Y es en este mundo que Mork, tan extraterrestre él, se enamora de Mindy, tan terrestre ella.

Poblada de guiños y gestos que son pura ternura, Mork mueve sus orejas al decir nanu nanu y tiene su propio estilo de saludo con Mindy.

La serie estrenada en 1978 y emitida por la cadena estadounidense ABC duró cinco años y 95 episodios que se transmitieron también en Venezuela, Chile, México y Argentina.

Por dulce, por inocente, por sus nanus-nanus, por ponernos en evidencia con tantas cosas raras que hacemos los humanos; Mork es nuestro extraterrestre ochentoso que le pelea el cetro a ese otro peludo proveniente de Melmac.

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